Si estás buscando un antiinflamatorio natural, la cúrcuma podría ser lo que necesitas. Junto con el jengibre, el sauce o los alimentos ricos en omega 3, entre otros productos, la cúrcuma está considerada como uno de los antiinflamatorios naturales más eficaces que hay. Y por este motivo, a menudo se la conoce como el ibuprofeno natural.
Los poderes antiinflamatorios de la cúrcuma
Según un estudio publicado en 1980 por la Universidad de Arizona, entre otras propiedades y beneficios de la cúrcuma está mantener el organismo libre de inflamaciones provocadas por golpes o cuadros infecciosos. El responsable de su poder antiinflamatorio es la curcumina, un componente que inhibe la producción de las sustancias que estimulan las terminaciones nerviosas del dolor. Y por este motivo se considera que está indicada en personas que padecen artritis, dolores musculares y articulares, colon irritable, cefaleas, dolor de muelas o dolores menstruales, entre otros procesos inflamatorios.
Está contraindicada en caso de obstrucción biliar o cólico biliar, durante el embarazo y en el periodo de lactancia porque puede estimular el flujo menstrual y cuando se siguen tratamientos con anticoagulantes y antiplaquetarios porque tiene una ligera acción anticoagulante.
Cúrcuma: cómo tomarla
Por regla general, la dosis recomendada es de un cucharadita al día. Si embargo, por su dificultad para ser absorbida por el organismo, se recomienda tomar cúrcuma añadiéndola a la comidas, y combinándola con pimienta negra, alimentos ricos en omega 3 y grasas vegetales, que hacen que resulte más eficaz. Lo único que debes tener en cuenta es que no la puedes cocinar más de 15 minutos si quieres que conserve sus propiedades, razón por el que se suele añadir al final de todo para sazonar, aderezar y condimentar guisos, arroces, ensaladas, cremas y salsas. Aquí te contamos más ideas para tomar la cúrcuma.
